AdBlue
La Automoción afronta otra crisis: en esta ocasión se origina en Alemania y el AdBlue es el protagonista,
Los principales productores de AdBlue, el líquido con el que los diésel limpian sus óxidos de nitrógeno para contaminar menos, están empezando a escasear en Europa. Concretamente, en Alemania ya ha detectado importantes indicios de falta de suministro, ya que algunos productores han dejado de fabricar.
Los más modernos motores diésel cuentan con catalizadores selectivos para neutralizar los óxidos de nitrógeno, una función que realizan con inyecciones de AdBlue, una solución acuosa basada en urea que se encarga de reducir al máximo las partículas de emisiones más contaminantes, por lo que se trata de un líquido casi tan fundamental como el combustible para los coches nuevos y, por supuesto, para el transporte pesado.
A finales del pasado año, se atisbaron los primeros indicios de la crisis energética que vivimos, y también faltas en los suministros de materias primas, incluidas las necesarias para la producción de urea a gran escala. Con la crisis tan agudizada, en Alemania ya están empezando a sufrir la falta del AdBlue, especialmente para el transporte pesado por carretera. La producción se redujo el pasado otoño, coincidiendo con la primera subida de precios de la gasolina, reduciéndose más el pasado marzo cuando comenzó la guerra de Ucrania, según apuntan desde «Auto Motor und Sport».
El AdBlue se encarece por la falta de materias primas y del gas.
Ya entonces, algunas de las empresas productoras avisaron de un posible cuello de botella en el suministro, debido al elevado precio del gas ruso, fabricando para un suministro básico. Ahora, la situación ha alcanzado un punto tan álgido como que dos de las grandes productoras del AdBlue, BASF y SKW, han empezado a reducir considerablemente la producción de este líquido, la segunda incluso paró directamente el pasado mes de agosto.
Desde SKW han señalado que «Nos estamos quedando sin existencias. Estamos vaciando nuestros inventarios porque ya no estamos produciendo», al mismo tiempo que un portavoz del Ministerio de Economía en Berlín ha apuntado que «Todavía no hemos podido observar una escasez real, pero estamos preparados para esto y tomaremos medidas si es necesario para mantener disponible esta importante sustancia». El Gobierno no descarta soluciones como la importación, pero se estudian medidas de financiamiento estatal de emergencia para reanudar la producción.
El AdBlue está compuesto por agua y un 32,5 por ciento de urea, que se genera de forma sintética como resultado de una reacción química entre amoníaco y CO2. El gran problema gira en torno al primer componente químico, pues el gas natural es esencial para que éste se produzca. El elevado precio que ha alcanzado el gas natural hace inviable la producción, por lo que sin amoniaco no hay AdBlue.
Por ahora, el suministro no corre peligro en los turismos y furgonetas ligeras, pues su consumo es mínimo, entre uno y dos litros cada 1000 kilómetros, aunque el cese de producción del AdBlue tendrá una importante consecuencia: será mucho más caro el litro. En algunas regiones de Alemania cuesta más de dos euros el litro, una escalada que no terminará hasta que el precio del gas natural se rebaje.
Fran Romero -motor.es-